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Pocos son los compositores que logran trascender el anonimato para convertirse en celebridades –aunque en poca medida– igualando o superando a sus intérpretes como si se tratase de faros que dirigen a un buen puerto a un barco perdido en alta mar.
Hay artistas que se deben a sus compositores. Los hay en todos los géneros y todas las épocas. José José, Enmanuel, Julio Iglesias y Raphael, para sólo citar algunos, le deben mucho al prodigioso compositor español Manuel Alejandro, productor de Cómplices, el álbum más reciente de Luis Miguel.
Acercándonos más a la música tropical, específicamente a la salsa, artistas de hoy y ayer tienen una deuda impagable con el compositor puertorriqueño Catalino –Tite– Curet Alonso (1926-2003).
El talentoso Tite dejó una extensa y prolífica obra grabada en voces de Wilkins, Cheo Feliciano, Celia Cruz, La Lupe, Willie Colón, Tito Rodríguez, Andy Montañez, Bobby Valentín, Marvin Santiago, Tommy Olivencia y Frankie Ruiz. La lista pica y se extiende.
El merengue también tiene sus mutuales exitosas. Y si bien es cierto que en sus dos primeros álbumes, Sergio Vargas y Los Hijos del Rey (1987) y La quiero a morir (1988), Sergio Vargas coqueteó con la pluma de Mario Díaz (“Oh Mariana” y “Cuanta vida”, temas incluidos en su segundo LP), es con Luis Días que el cantante de Villa Altagracia va a conjurar algunas de las melodías más exitosas de sus primeros 10 años.
Enfocado con encauzar su carrera sin salirse del carril de la fama sin olvidarse del prestigio, fichado en el 1989 por la entonces poderosa CBS Récords, el merenguero edita Sergio Vargas, long play en el que grabó “Marola”, sencillo que a poco de su estreno se convirtió en hit y con el cual inició su valiosa colaboración con Luis Días.
La pegada de “Marola” quizás abrió la brecha para que en su siguiente Sergio Vargas (1990, CBS Récords) –producido por Mario García y Cholo Brenes– el merenguero incluyera tres composiciones: “La Novia”, “Las Vampiras” y “Considérame”.
Los dos primeros, hoy merengues de lujo en su extenso cancionero, mientras que el tercero, tuvo poca o casi ninguna difusión radial.
Pero es con el disco compacto Este es mi país (1991, CBS) –esta vez producido nada más y nada menos que por Manuel Tejada y Sergio George– que el dúo Vargas-Días toma impulso.
Para esta época, Luis Días escribía sin parar, y la química entre cantante-compositor estaba en franca ebullición. La producción entre ambos, para Este es mi país se saldó con la para nada desdeñable suma de seis canciones: “Mujeres, vámonos”, “La Perdida”, “What’s Your Name?”, “Por no saber amar”, “Si ella volviera” y “Ya dejé el vicio”.
Un autor prolífico. “Mujeres, vámonos” es sin dudas el merengue más conocido de este grupo que incluye rarezas como “What’s Your Name?”. Pero con el tiempo, el binomio empezó a consumirse, más bien, para Luis Días la composición pasó a un segundo o quizás a un tercer plano.
A partir del álbum Este es mi país, Sergio Vargas continuó sumando éxitos, pero gracias a otros autores. El merenguero ahora tenía otros generales que sí le escribían, para obra y gracia de discos que salían al mercado, sin prisa pero sin pausa.
Así, el cantante daba a conocer Sergio Vargas (1992), Por H o por R (1993), El merengue se baila pegao (1994) y Como un bolero (1996), todos con la notoria ausencia de las canciones de Días.
Quizás porque Luis se embarcaba en otras empresas o porque el merenguero –como pasa con los artistas– buscaba experimentar con otros estilos, Sergio apostaba a las canciones de Mickey Taveras, José Antonio Rodríguez, Víctor Víctor o el mismísimo Anthony Ríos, de quien grabó “La palabra perdón”, canción incluida en Como un bolero.
Transcurrieron cinco años para que esta efectiva mutual volviera a reencontrarse.
A manera de prueba, porque tras los resultados de años anteriores no podría ser menos de ahí, Sergio Vargas grabó el “Ay ombe” de Luis, canción incluida en Solo merengue, publicado en el 1996.
Esa fue su última colaboración juntos, porque en lo adelante el merenguero continuó su carrera por un lado y el célebre compositor continuó el suyo por otro.
La discografía de Sergio, a partir de “Ay ombe”, sumó otros álbumes editados en los años siguientes, pero ya sin los versos emanados de la inventiva de Días.
Mi propuesta (1996), Tiempo de amor (1997), A Tiempo (1999) y Vete y dile (2001) cobijaron su repertorio bajo las sombrillas de otros autores: José Antonio Rodríguez, Fulton Vásquez, Charlie Mosquea y Alicia Baroni, son algunos, en lo que concierne a compositores dominicanos.
Las adaptaciones (recurso conocido popularmente en el campo artístico como fusilamientos) también hicieron lo suyo a favor del artista.
fuera de billboard. Paradójicamente, a pesar de la gran pegada y difusión radial de muchos de los merengues producidos en colaboración por Sergio y Días, ninguno de esos bombazos musicales hizo asomo por las listas de éxitos de Billboard. En 1988 el carismático cantante hacía su debut por estos ámbitos con su hit “Si algún día la ves”, que alcanzó el puesto 30 en el Hot Latin Tracks.
Con la marcada ausencia de las composiciones de Días grabadas por Sergio, la historia en este apartado se escribió hasta este día de la siguiente manera: en 1990 “La Incondicional” logró la posición 28 del Hot Latin Tracks, mientras que al año siguiente “Muñeco de trapo” ascendía a la casilla 30 del mismo renglón.
“La Ventanita” (1992), posición 13; “Aquello que me diste” (1999, autoría de Alejandro Sanz) en el apartado 31 y finalmente “Vete y dile” (2002), se colocaba en el puesto 34.
Todos los temas registrados en el Hot Latin Tracks de Billboard.
Pero gracias a que a principios de los 90 tuvo probablemente sus años más productivos y exitosos, Luis Días ascendió a las escalinatas del Premio Casandra que entre el 1991 y el 92 le nominó en seis ocasiones como Compositor y Autor de letras.
La estatuilla recayó en sus manos en dos ocasiones: Autor de letras (1990) y como Compositor al año siguiente. En ese entonces –y ahora también– Juan Luis Guerra dejaba pocas oportunidades en ambas categorías.
Luis Días es un compositor esencial en la discografía de Sergio Vargas, y eso lo demuestra la producción que ambos amasaron juntos. Las composiciones de Días grabadas por otros intérpretes es diversa y prolífica, pero eso será materia para Otras voces.
Hay artistas que se deben a sus compositores. Los hay en todos los géneros y todas las épocas. José José, Enmanuel, Julio Iglesias y Raphael, para sólo citar algunos, le deben mucho al prodigioso compositor español Manuel Alejandro, productor de Cómplices, el álbum más reciente de Luis Miguel.
Acercándonos más a la música tropical, específicamente a la salsa, artistas de hoy y ayer tienen una deuda impagable con el compositor puertorriqueño Catalino –Tite– Curet Alonso (1926-2003).
El talentoso Tite dejó una extensa y prolífica obra grabada en voces de Wilkins, Cheo Feliciano, Celia Cruz, La Lupe, Willie Colón, Tito Rodríguez, Andy Montañez, Bobby Valentín, Marvin Santiago, Tommy Olivencia y Frankie Ruiz. La lista pica y se extiende.
El merengue también tiene sus mutuales exitosas. Y si bien es cierto que en sus dos primeros álbumes, Sergio Vargas y Los Hijos del Rey (1987) y La quiero a morir (1988), Sergio Vargas coqueteó con la pluma de Mario Díaz (“Oh Mariana” y “Cuanta vida”, temas incluidos en su segundo LP), es con Luis Días que el cantante de Villa Altagracia va a conjurar algunas de las melodías más exitosas de sus primeros 10 años.
Enfocado con encauzar su carrera sin salirse del carril de la fama sin olvidarse del prestigio, fichado en el 1989 por la entonces poderosa CBS Récords, el merenguero edita Sergio Vargas, long play en el que grabó “Marola”, sencillo que a poco de su estreno se convirtió en hit y con el cual inició su valiosa colaboración con Luis Días.
La pegada de “Marola” quizás abrió la brecha para que en su siguiente Sergio Vargas (1990, CBS Récords) –producido por Mario García y Cholo Brenes– el merenguero incluyera tres composiciones: “La Novia”, “Las Vampiras” y “Considérame”.
Los dos primeros, hoy merengues de lujo en su extenso cancionero, mientras que el tercero, tuvo poca o casi ninguna difusión radial.
Pero es con el disco compacto Este es mi país (1991, CBS) –esta vez producido nada más y nada menos que por Manuel Tejada y Sergio George– que el dúo Vargas-Días toma impulso.
Para esta época, Luis Días escribía sin parar, y la química entre cantante-compositor estaba en franca ebullición. La producción entre ambos, para Este es mi país se saldó con la para nada desdeñable suma de seis canciones: “Mujeres, vámonos”, “La Perdida”, “What’s Your Name?”, “Por no saber amar”, “Si ella volviera” y “Ya dejé el vicio”.
Un autor prolífico. “Mujeres, vámonos” es sin dudas el merengue más conocido de este grupo que incluye rarezas como “What’s Your Name?”. Pero con el tiempo, el binomio empezó a consumirse, más bien, para Luis Días la composición pasó a un segundo o quizás a un tercer plano.
A partir del álbum Este es mi país, Sergio Vargas continuó sumando éxitos, pero gracias a otros autores. El merenguero ahora tenía otros generales que sí le escribían, para obra y gracia de discos que salían al mercado, sin prisa pero sin pausa.
Así, el cantante daba a conocer Sergio Vargas (1992), Por H o por R (1993), El merengue se baila pegao (1994) y Como un bolero (1996), todos con la notoria ausencia de las canciones de Días.
Quizás porque Luis se embarcaba en otras empresas o porque el merenguero –como pasa con los artistas– buscaba experimentar con otros estilos, Sergio apostaba a las canciones de Mickey Taveras, José Antonio Rodríguez, Víctor Víctor o el mismísimo Anthony Ríos, de quien grabó “La palabra perdón”, canción incluida en Como un bolero.
Transcurrieron cinco años para que esta efectiva mutual volviera a reencontrarse.
A manera de prueba, porque tras los resultados de años anteriores no podría ser menos de ahí, Sergio Vargas grabó el “Ay ombe” de Luis, canción incluida en Solo merengue, publicado en el 1996.
Esa fue su última colaboración juntos, porque en lo adelante el merenguero continuó su carrera por un lado y el célebre compositor continuó el suyo por otro.
La discografía de Sergio, a partir de “Ay ombe”, sumó otros álbumes editados en los años siguientes, pero ya sin los versos emanados de la inventiva de Días.
Mi propuesta (1996), Tiempo de amor (1997), A Tiempo (1999) y Vete y dile (2001) cobijaron su repertorio bajo las sombrillas de otros autores: José Antonio Rodríguez, Fulton Vásquez, Charlie Mosquea y Alicia Baroni, son algunos, en lo que concierne a compositores dominicanos.
Las adaptaciones (recurso conocido popularmente en el campo artístico como fusilamientos) también hicieron lo suyo a favor del artista.
fuera de billboard. Paradójicamente, a pesar de la gran pegada y difusión radial de muchos de los merengues producidos en colaboración por Sergio y Días, ninguno de esos bombazos musicales hizo asomo por las listas de éxitos de Billboard. En 1988 el carismático cantante hacía su debut por estos ámbitos con su hit “Si algún día la ves”, que alcanzó el puesto 30 en el Hot Latin Tracks.
Con la marcada ausencia de las composiciones de Días grabadas por Sergio, la historia en este apartado se escribió hasta este día de la siguiente manera: en 1990 “La Incondicional” logró la posición 28 del Hot Latin Tracks, mientras que al año siguiente “Muñeco de trapo” ascendía a la casilla 30 del mismo renglón.
“La Ventanita” (1992), posición 13; “Aquello que me diste” (1999, autoría de Alejandro Sanz) en el apartado 31 y finalmente “Vete y dile” (2002), se colocaba en el puesto 34.
Todos los temas registrados en el Hot Latin Tracks de Billboard.
Pero gracias a que a principios de los 90 tuvo probablemente sus años más productivos y exitosos, Luis Días ascendió a las escalinatas del Premio Casandra que entre el 1991 y el 92 le nominó en seis ocasiones como Compositor y Autor de letras.
La estatuilla recayó en sus manos en dos ocasiones: Autor de letras (1990) y como Compositor al año siguiente. En ese entonces –y ahora también– Juan Luis Guerra dejaba pocas oportunidades en ambas categorías.
Luis Días es un compositor esencial en la discografía de Sergio Vargas, y eso lo demuestra la producción que ambos amasaron juntos. Las composiciones de Días grabadas por otros intérpretes es diversa y prolífica, pero eso será materia para Otras voces.
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