Ray Sepúlveda y Frankie Ruiz comenzaron juntos su carrera en las orquestas salseras La Solución y La Dictadora. Sepúlveda, que está en Bogotá para presentarse en la Galería Café Libro esta noche, cuenta que a lo largo de su carrera ha pasado los altibajos de la salsa y ha aprendido que Colombia es uno de esos pocos países donde siempre ha estado vigente. Y cuenta que mientras en Estados Unidos se oían una o dos canciones de cada álbum, en Colombia siente que se pegaron canciones que llegaban por gusto a los oídos de la gente y siempre eran más de dos.
"Tengo bastantes canciones que han sonado allá (en Colombia) y acá (E.U.) no tuvieron promoción, como Si no tengo tu amor, Una mujer como tú o Dónde estarás, que sonó mucho en las discotecas colombianas", afirma.
Sepúlveda es neoyorquino, nacido en Brooklyn, hijo de padres puertorriqueños que recibió la influencia y el gusto por la salsa romántica de su padre, integrante del Trío Romántico. "Falleció en un accidente de tránsito a los 38 años -recuerda el salsero-. Yo tenía 18 años, pero lo vi cantar muchas veces. Así, aunque me crié con la salsa brava, la salsa dura, me di a conocer más con la romántica".
Aunque Sepúlveda hizo parte de orquestas puertorriqueñas, considera que profesionalmente comenzó en Nueva York, poco después, con la orquesta Sociedad 76, la primera con la que grabó un disco, mucho después de compartir escenarios con Frankie Ruiz en La Solución. Con Sociedad 76 grabó The Big Apple y otros dos álbumes para el sello Fania. El regreso a su ciudad natal le permitió hacer coros con Héctor Lavoe, a quien considera su ídolo, en un par de ocasiones. "También hice coros para Adalberto Santiago -recuerda-. Y después estuve fuera de la música como por seis años". A mediados de los 80, cuando la salsa tuvo un de receso, ante el boom del merengue. "No soy merenguero", explica. Así que se puso a trabajar con el Gobierno Federal estadounidense. La música lo llamó de vuelta en 1988, cuando conformó Johnny y Ray Orchestra, junto con Johnny Rivera. De esa unión surgieron éxitos como Bandolera, Mascarada y Es mi mujer. En 1990, Sepúlveda fundó su propia orquesta.
Sobre los altibajos de popularidad que viven los ritmos musicales, afirma: "En lo últimos años, no en Colombia, porque allí siempre la salsa es fuerte, el reggaetón se ha impuesto bastante. La situación de la salsa es un poco débil con relación a las presentaciones en clubes nocturnos y discotecas. De hecho, no hay tantas discotecas como antes. Desde el 9-11 del 2001 la cosa bajó. Pero, siempre estoy viajando a España, Italia y Suramérica".
Y precisamente, se prepara para la presentación de hoy, con canciones como No vale la pena, que grabó junto con Johnny Rivera. "Es la canción que tengo que cantar dos y hasta tres veces en cada concierto, porque la gente la pide. Lo mismo que Bandolera y Cuando vuelvas conmigo".
"Tengo bastantes canciones que han sonado allá (en Colombia) y acá (E.U.) no tuvieron promoción, como Si no tengo tu amor, Una mujer como tú o Dónde estarás, que sonó mucho en las discotecas colombianas", afirma.
Sepúlveda es neoyorquino, nacido en Brooklyn, hijo de padres puertorriqueños que recibió la influencia y el gusto por la salsa romántica de su padre, integrante del Trío Romántico. "Falleció en un accidente de tránsito a los 38 años -recuerda el salsero-. Yo tenía 18 años, pero lo vi cantar muchas veces. Así, aunque me crié con la salsa brava, la salsa dura, me di a conocer más con la romántica".
Aunque Sepúlveda hizo parte de orquestas puertorriqueñas, considera que profesionalmente comenzó en Nueva York, poco después, con la orquesta Sociedad 76, la primera con la que grabó un disco, mucho después de compartir escenarios con Frankie Ruiz en La Solución. Con Sociedad 76 grabó The Big Apple y otros dos álbumes para el sello Fania. El regreso a su ciudad natal le permitió hacer coros con Héctor Lavoe, a quien considera su ídolo, en un par de ocasiones. "También hice coros para Adalberto Santiago -recuerda-. Y después estuve fuera de la música como por seis años". A mediados de los 80, cuando la salsa tuvo un de receso, ante el boom del merengue. "No soy merenguero", explica. Así que se puso a trabajar con el Gobierno Federal estadounidense. La música lo llamó de vuelta en 1988, cuando conformó Johnny y Ray Orchestra, junto con Johnny Rivera. De esa unión surgieron éxitos como Bandolera, Mascarada y Es mi mujer. En 1990, Sepúlveda fundó su propia orquesta.
Sobre los altibajos de popularidad que viven los ritmos musicales, afirma: "En lo últimos años, no en Colombia, porque allí siempre la salsa es fuerte, el reggaetón se ha impuesto bastante. La situación de la salsa es un poco débil con relación a las presentaciones en clubes nocturnos y discotecas. De hecho, no hay tantas discotecas como antes. Desde el 9-11 del 2001 la cosa bajó. Pero, siempre estoy viajando a España, Italia y Suramérica".
Y precisamente, se prepara para la presentación de hoy, con canciones como No vale la pena, que grabó junto con Johnny Rivera. "Es la canción que tengo que cantar dos y hasta tres veces en cada concierto, porque la gente la pide. Lo mismo que Bandolera y Cuando vuelvas conmigo".
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